Botija Rapado

Habló Diego, el N°13 del Mambo, un tipo que en poco tiempo supo ganarse el respeto del equipo por su actitud dentro y fuera de la cancha. Cuando le tocó jugar dejó todo y cuando tuvo que vivir el partido desde afuera lo vivió en serio, gritó con furia todos los goles y emocionado se abrazo con sus compañeros cuando terminó el partido. Y encima hizo la primer (y por ahora única) bandera del Mambo.




Estas fueron sus palabras:

Nunca podré definir con palabras aquello que llamamos felicidad. Pero por momentos la siento. El Sábado fue nuestra la felicidad. Cuando me iba de "La Plaza", le fui a dar un abrazo a Adrián, creo que le dije: "jugaste un partidazo". El me soltó, me miró y replicó: "El partido lo ganamos todos, todos jugamos". Me fuí pensando en eso y me di cuenta que era cierto. Entonces recordé algunas imágenes que me conmovieron: Lo ví a Tomas (que la fecha anterior se "rompió" la pierna por que quizo jugar a pesar de la amenaza de desgarro que lo acechaba)con pantalón de jeans
alentando a los pibes. . A Mario también, con alguna lesión, pero presente con la casaca del Mambo. Y había tensión. El rival aparecía inmenso, favorito y muy confiado. Pero enfrente había un puñado de pibes que, por primera vez (al menos eso sentí yo)se sintió como un equipo. Cuando digo equipo no hablo de tácticas, jugadores, charlas técnicas: no. Hablo de un grupo que funciona mas allá de todo eso. Entonces empezó el partido y lo vi a Nico, pero lo vi gigante. Tirando "magia" en cada pelota que tocaba. No digo que haya hecho todo bien, pero la actitud valió para lo que vendría mas adelante. También lo vi a Seba con una autoridad propia de un veterano defensor italiano. Y eso que el pibe debe andar apenas por los veinte. La rompió. Estaba Harry, de lateral, un emblema del Mambo. El pibe se paró realmente bien, tranquilo, recuperaba y la jugaba bien. En la otra punta Chalo: jugadorazo, dá confianza, criterioso. Dachi en el medio, entrega, sacrificio y destellos de fútbol exquisito. Que puedo decir de Adri, es imposible obviar su personalidad ganadora, el flaco sabe y ordena, pero también se "mata" en la cancha. y en el arco "el guacho": Vuela, se arrastra, grita, quiere patear al arco. Un grande. Pero en el banco estaba Tuerca: que zapatazo que metió! Y el abrazo que provocó en nosotros. Eso se pareció bastante a la felicidad. y Pablo entró y las corrió todas, tiró esas gambetas que provocan asombro hasta en los propios rivales.
Era previsible que se arme quilombo y ahí entramos todos. Pero claro: ahí lo tengo que nombrar al Mono, que personalidad, otro de los "padres" del Mambo Criminal, por suerte no pasó nada y el loco volvió a sufrir junto a nosotros de los últimos minutos del partido.
Que se yo, quizá todo suena tan lindo por que ganamos. Deseo que no sea así. Creo que hay una clave que se nos presentó y vuelvo sobre ello: la actitud. Seamos un grupo, un verdadero equipo, ganemoslo entre todos (como dijo Adri).
Me despido con un abrazo para todos los que creen en el Mambo.